
Muchas personas con el fin de vender su propiedad en un precio alto, delegan la operación de venta en aquella inmobiliaria que más se la tasó. Suelen comentar a familiares y amigos: “porque la inmobiliaria xxx me dijo que vale u$sxxx”, y se sienten orgullosos de ese valor.
La inmobiliaria comienza a ofrecer la propiedad en el mercado y es en ese momento que aparecen en juego los potenciales compradores quienes en definitiva dirán cuál es el precio. Debemos distinguir entre las palabras “valor” y “precio”, la primera indica el importe hipotético de venta (valor de tasación) y la segunda, la suma real en que fue vendida la propiedad.
Pasan los meses y la venta sigue en pie. La inmobiliaria sugiere al dueño: “que le parece si probamos unos dólares menos?. Éste, cansado de esperar, acepta bajar el valor. Con suerte aparecerá un comprador que le diga: “se la compro, pero le ofrezco …………”, obviamente mucho menos de lo pretendido.
Una tasación alta suele ser una ilusión.
La inmobiliaria comienza a ofrecer la propiedad en el mercado y es en ese momento que aparecen en juego los potenciales compradores quienes en definitiva dirán cuál es el precio. Debemos distinguir entre las palabras “valor” y “precio”, la primera indica el importe hipotético de venta (valor de tasación) y la segunda, la suma real en que fue vendida la propiedad.
Pasan los meses y la venta sigue en pie. La inmobiliaria sugiere al dueño: “que le parece si probamos unos dólares menos?. Éste, cansado de esperar, acepta bajar el valor. Con suerte aparecerá un comprador que le diga: “se la compro, pero le ofrezco …………”, obviamente mucho menos de lo pretendido.
Una tasación alta suele ser una ilusión.